¿Qué es SoloSurf?

SoloSurf es una asociación radicada en Cádiz desde hace más de diez años, referenciada cronológicamente como la primera asociación de surf terapéutico en toda Europa y la segunda experiencia a nivel mundial, y dedicada a actividades acuáticas de ocio y terapia mediante el aprendizaje del surf para personas con diversidad funcional. En la actualidad, ofrece un servicio continuado durante todo el año a más de un centenar de familias principalmente de las provincias de Cádiz y Sevilla. La fórmula de trabajo que se aplica en SoloSurf ha servido de referencia e inspiración a otros profesionales y asociaciones de ámbitos nacional e internacional.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Reto filosófico: La liga de la justicia (Tú no puedes sacarte la ESO solo)

Vale, antes de nada quiero aclarar el significado del título del documento, para evitar especulaciones equivocadas. Quien haya visto la película de 'La liga de la justicia', sabrá que el logo que representa a cada uno de los personajes indica la letra inicial de las palabras que forman la frase en inglés "You can´t save the worl alone", traducido al español como "Tú no puedes salvar al mundo solo". Bueno, pues basándome en esta frase, se me ha ocurrido hacer una pequeña metáfora orientada a la saga de DC Cómics y relacionada con la temática correspondiente de este reto, que trata sobre la ayuda que reciben los alumnos con dificultades para poder sacarse la ESO sin problemas que se lo impidan, de ahí el título de 'Tú no puedes sacarte la ESO solo'.

Y bueno, dada la temática escogida para el reto de febrero, este artículo se va a enfocar sobre todo en mi historia personal, puesto que yo soy el primero que por experiencia sabe la falta que nos hace a los alumnos con dificultades de aprendizaje las excepciones que nos proporciona el profesorado a la hora de hacer los exámenes u otro método de evaluación en cada materia. Por si no lo sabías, a esto de las necesidades especiales escolares también se le llama 'Programa específico', que consiste en tener en cuenta la dificultad del alumno para sobrellevar el curso, identificando el factor que más influye en sus notas y que más le afecta en los estudios para poder adaptarlo al nivel académico correspondiente a su edad, y que como bien dice el artículo adjuntado en classroom, la ley obliga al equipo directivo a tomar este tipo de medidas con el alumnado que lo necesita. En mi caso, la dificultad que yo tengo es un problema de velocidad de procesamiento, o sea, que me tienen que prorrogar el tiempo en los exámenes porque algunos me cuesta terminarlos a contrarreloj, aunque eso también depende de cada asignatura; es decir, en algunas me suele dar tiempo y en otras no. Pero esto no acaba aquí; sinceramente en cuanto vi que el reto trataba sobre esto me quedé totalmente impactado, porque literalmente es que el título me define en pocas palabras; por supuesto, poco tardé en pensar que los profesores del departamento de Filosofía se basaron en mi programa específico para sacar la idea. Por eso, aprovecho la ocasión para dar mi punto de vista al respecto.

Para empezar, en esta vida cabe comprender que todos somos diferentes, y que cada uno tiene diversas capacidades para hacer una serie de cosas. Pero, evidentemente, nadie es perfecto, y todos tenemos tantos puntos fuertes como débiles y, le pese a quien le pese, hay que estar orgulloso de tenerlos en todos los sentidos. El único filósofo que está a favor de esta afirmación es el norteamericano Jown Rawls, pero todos los demás coinciden en que todos se deben currar el trabajo realizado, independientemente del grado de capacidad física e intelectual. Dentro del ámbito académico, a mí se me dan bien las asignaturas de letras como lengua, inglés e historia, pero siendo realista he de admitir que las matemáticas no son lo mío, y debido a mi lentitud a la hora de aprender a estudiar las matemáticas necesito más tiempo para terminar los exámenes. Yo entiendo que a muchos de mis compañeros les dé coraje que a mí me permitan esto y a ellos no, que lo consideren algo muy injusto para ellos, pero que conste que a mí esto no me lo hacen por mi cara bonita, ya que hay más razones por las que me aportan esta ventaja especial.

A continuación explico el porqué, aunque lo más seguro es que los que llevan conociéndome desde hace muchos años ya lo sepan.

Aunque no me se note mucho desde fuera, yo soy una persona con síndrome de Asperger, también conocido como el 'síndrome invisible', ya que no se suele reflejar mucho en el aspecto físico, a pesar de mostrarse con frecuencia en el comportamiento y en la forma de expresarse. No todos conocen este síndrome, pero hoy en día cada vez se dan más casos de gente que dice tener hermanos, primos e incluso amigos con esta variante del denominado Trastorno del Espectro Autista (TEA). A mí me diagnosticaron autismo con tan solo dos años de edad; lo cierto es que a esa edad es normal no ser consciente de lo que ocurre a tu alrededor, pero lo que sí que no es normal es no saber hablar, y literalmente eso era lo que a mí me pasaba. 

Me pasé durante prácticamente toda mi infancia acudiendo a psicólogos, psiquiatras y sobre todo logopedas con el objetivo de manejar los fonemas en condiciones a base de sesiones de terapia individual, y si no hubiera tenido la oportunidad de recibir semejante apoyo por parte de los terapeutas, no habría podido llegar hasta donde estoy ahora, y todo gracias al sacrificio y fuerza de voluntad que han mostrado los psicólogos y logopedas para dedicar horas, días, semanas, meses e incluso años a estudiar mi situación con la finalidad de permitirme seguir adelante sin complicaciones. Y bueno, afortunadamente esa etapa la logré superar, pero a mí la Primaria no me resultó nada fácil. Siempre tuve dificultad para hacer amigos, me costaba muchísimo relacionarme con los demás y no era capaz de expresar mis sentimientos con claridad. Y, desde luego, en el colegio se me impartieron sesiones de pedagogía terapéutica (PT) para ayudarme en todo aquello que me resultaba demasiado difícil, sobre todo en lengua y matemáticas. Y bastante conforme me quedo con que, gracias a Dios, no sufrí bullying escolar, lo que suele ser algo muy común en niños con autismo o asperger; pero eso no descarta alguna que otra miradilla negativa con malas impresiones sobre mí, provocadas por mi excesivo comportamiento infantil y por mi peculiaridad de comunicación social con mis compañeros y los maestros. 

Por otro lado, no sabía interpretar bien las bromas, las ironías y las expresiones con doble sentido; por lo tanto, si querían que yo entendiese la referencia, me la tenían que explicar directamente con el significado literal. Y el problema grave que más me afectó seriamente en cuanto al TEA fue el descontrol de la ira: me ponía tan nervioso cuando algo no me salía que llegaba incluso a romper los muebles a base de golpes y patadas, tanto que tuve que recibir un tratamiento durante un prolongado período de tiempo para poder reducir los ataques de ira. Y la cosa fue empeorando cuando empecé a mostrar síntomas de hiperactividad como los tics, que son manías corporales que pueden llegar hasta un punto en el cual aparecen de forma involuntaria, y si no se hace nada para tratar de detenerlos, aumenta el riesgo de frecuencia de tics en bucle infinito, y cada vez se hace más difícil eliminarlos, porque a primera instancia es algo inevitable. Eso fue algo que incluso llegó a afectarme en mi día a día; vivir con tics era muy horroroso.

Otro de los defectos que he tenido a causa del TEA ha sido, por ejemplo, la falta de coordinación deportiva, provocándome dificultades de orientación en los deportes de equipo, ya que me costaba adaptarme al campo de juego.

Afortunadamente, mi paso del colegio al instituto fue agradable y sencillo; fue como mi entrada a mejor vida; hasta me convertí en una persona sociable, trabajadora y responsable, y mira que eso nadie lo veía venir. La verdad es que esa fue la etapa en la que más progresé como persona tanto física como psicológicamente, y en la que más se estabilizó mi estado emocional. Lo único en lo que iba mal era en cómo actuar ante situaciones complicadas, y todavía tenía que mejorar un  poco en los métodos para controlar mi ira, así que me seguí tomando el medicamento hasta que aprendí a tranquilizarme por mí mismo. Y bueno, actualmente cuando miro al pasado, pienso: en qué momento he conseguido sacar la ESO y he sido capaz de llegar hasta donde estoy ahora, quién diría que con ayuda y apoyo de gente que ha marcado un antes y un después en mi vida he avanzado de una manera civilizada y progresiva. A pesar de que sinceramente soy un poco tímido y me cuesta afrontar situaciones duras para mí, así como gestionar asuntos problemáticos que se presentan en mi día a día, todo el sacrificio y lo que mi familia, mis amigos, mis conocidos y mis ayudas comunitarias han luchado para hacerme seguir adelante, es profundamente digno de apreciar.

Y todo esto lo cuento para dar la mayor visibilidad posible a las personas que tienen este trastorno o síndrome, como quieras llamarlo, y a sus familias, que luchan cada día por conseguir una vida mejor para ellos; y aunque parezca una historia inventada cabe reconocer que esto es pura realidad, y que son muchas las anécdotas de las criaturas que sufren siendo discriminadas por los demás que se consideran 'normales' y los toman a ellos como 'bichos raros'.

Y con esto también se demuestra que, independientemente de que seas asperger o no, en esta vida nunca te van a regalar nada, porque todos sabemos que con la ley del mínimo esfuerzo no se llega a ninguna parte, y en algún momento tendrás que hincar los codos, pase lo que pase. Pero aún así, no está mal echarle un cable a todo aquel que lo necesite; cada uno que se lo tome como quiera, pero teniendo un poco de empatía, debes darte cuenta de que para muchos sí es justo tener más tiempo en los exámenes, por lo menos para mí es un gran favor, ya que me ha beneficiado y me ha servido de gran ayuda para poder aprobar todas las asignaturas sin complicaciones, y en parte para compensar el sacrificio y el esfuerzo aplicado. Por lo tanto, si es el caso, se pueden permitir las excepciones si hacen falta, y más todavía si es por el bien de esa persona. Y si a ti no te dan más tiempo en el examen, es porque los profesores piensan que tú sí eres capaz de terminarlo en un  tiempo limitado, y por eso, tú no necesitas que te den más tiempo en el examen, porque saben que a ti sí te va a dar tiempo, aunque en otros no sea así.


Mario Díaz Alonso

No hay comentarios:

Publicar un comentario