Lorena Delgado, voluntaria: "Quiero seguir en SoloSurf mientras pueda porque contribuye a mi formación, porque me ayuda como persona y porque disfruto"

Qué duda cabe de que el voluntariado ha sido y es, desde los comienzos de SoloSurf y hasta el presente, uno de los resortes importantes en el desarrollo de la actividad acuática terapéutica con personas con diversidad funcional. La asociación mantiene a lo largo de todo el año una intensa labor de captación de voluntarios con programas que se llevan a cabo conjuntamente tanto con el Ayuntamiento de Cádiz como con la propia Universidad de Cádiz. Fruto de estos programas, un número importante de voluntarios ha formado parte de la Asociación SoloSurf a lo largo de estos años.

Este es el caso, por ejemplo, de Lorena Delgado, de 22 años, licenciada en Educación Infantil, participante en el último programa de voluntariado que finalizó el pasado diciembre y que está por la labor de seguir participando en la actividad de SoloSurf porque considera que la experiencia ha sido "muy gratificante, de las mejores experiencias de mi vida", tanto "por el contacto que se tiene con los menores" que se acogen a los programas de terapia acuática como "por la forma de trabajar que se desarrolla con las personas con diversidad funcional y las técnicas que se ponen en práctica"; ello, afirma Delgado, "me aporta una experiencia realmente increíble para aplicarlo luego a mi profesión, porque yo me he preparado para trabajar con niños". 

Otro aspecto que subraya la joven voluntaria está relacionado con las relaciones humanas: "Aporta muchísimo, sobre todo en las reuniones de grupo, donde no hay aislamiento de niños con autismo, por ejemplo, como sí me he encontrado yo en las aulas, sino que se produce un efecto de integración en la forma de interactuar con ellos y con todos, que estrecha mucho las relaciones humanas".

Para Lorena Delgado, la labor de los equipos de trabajo es muy importante y destaca, sobre todo, "la solvencia" a la hora de afrontar conflictos que puedan surgir de un momento para otro. En ocasiones, señala, los grupos están descompensados porque no todos los voluntarios acuden todos los días y eso se nota a la hora de trabajar"; sin embargo, añade que "como la dinámica de trabajo está basada en rutinas que no varían, el trabajo con los niños resulta mucho más fácil y finalmente todo se puede llevar a cabo como se había previsto".

De su experiencia en el programa de voluntariado, Delgado precisa que lo "más positivo que me llevo" ha sido "poder comprobar cómo los niños son capaces de superar todas las barreras para, de una manera u otra, conseguir lo que se proponen". Eso, según la joven voluntaria, "es muy estimulante a la hora de abordar el trato y el trabajo con niños autistas, por ejemplo", y pesa a la hora de implicarse un poco más en SoloSurf, ya que, añade, "aunque he acabado el curso de voluntariado, voy a continuar de voluntaria hasta que pueda, porque me está ayudando en mi formación y porque me ayuda en mi vida trabajar con niños con diversidad funcional". Aunque Lorena prefiere destacar en su argumentario que quiere seguir llevando a cabo su tarea de voluntaria en SoloSurf "simplemente porque disfruto".