La oportunidad de aprendizaje en un entorno completamente diferente al que está acostumbrado fue lo que más llamó la atención y atrajo a Andrés Ballesteros Jiménez (Estepa, Sevilla; 2005) al curso Ucasport organizado por la Asociación SoloSurf y la Universidad de Cádiz. A este estudiante de segundo grado de Fisioterapia en la Universidad gaditana, que hoy forma parte del equipo auxiliar en los programas de SoloSurf, donde realiza la fase práctica del mencionado curso, le pareció, según afirma, "una manera de completar" su formación "al combinar la terapia en niños con un medio tan dinámico como el agua y el surf", además de estimularle la posibilidad de aplicar sus conocimientos "en un contexto real" porque "más allá del aprendizaje teórico, esta experiencia me permite desarrollar habilidades esenciales en mi futura profesión".
Andrés asegura que no tenía conocimiento previo alguno sobre SoloSurf, "pero gracias a Jesús Borrego -director técnico de SoloSurf-, quien nos presentó a la asociación, descubrí todo lo que hace y me sorprendió conocer la amplitud del trabajo que desarrolla y cómo se combina el deporte con la terapia para mejorar la calidad de vida de muchas personas".
Acerca de la surf-terapia, este joven estudiante de Fisioterapia considera que "es una alternativa innovadora dentro del ámbito terapéutico, con un potencial enorme para mejorar la calidad de vida de los pacientes" Destaca la combinación de la actividad física con el contacto con la naturaleza y con la estimulación sensorial, que "crea un entorno ideal para fomentar el desarrollo de los participantes. Además, le parece que la actividad surf-terapéutica es "un campo de estudio con mucho margen de evolución y mejora".
De la fase práctica del curso Ucasport, en la que se ejercita en la actualidad como ha quedado dicho más arriba, entiende que "está siendo una experiencia gratificante y enriquecedora", y apunta que "trabajar con niños con diversidad funcional es una oportunidad única para aprender desde una perspectiva distinta y comprender mejor sus necesidades". Andrés Ballesteros afirma que se trata de un ámbito que "hasta ahora no había explorado" y que "me está ayudando a desarrollar habilidades de gran utilidad para mi vida diaria y mi profesión; me ha abierto los ojos a un campo de trabajo que no sólo es interesante desde el punto de vista profesional sino que también aporta una gran satisfacción personal al ver los progresos y la felicidad de los niños en cada sesión".
El futuro fisioterapeuta destaca también de la experiencia la estructura de trabajo "tan bien organizada" y la profesionalidad del equipo: "Desde el primer momento se nota que cada sesión está planificada al detalle; además, el trato cercano de los compañeros genera un ambiente de confianza y aprendizaje constante, tanto para los usuarios como para nosotros, los voluntarios". Pero también resalta la fase teórica del curso, "clave para prepararnos adecuadamente antes de empezar con la parte práctica", apuntando que ha sido "una formación amena, bien estructurada y con los contenidos suficientes para que nos sintamos seguros a la hora de interactuar con los usuarios".
Así, y en un tono de conclusión del curso en general, insiste en que "está siendo un gran complemento para mi formación académica, ya que me está permitiendo ver casos diversos y ampliar mi perspectiva sobre la fisioterapia en contextos no convencionales; me ha ayudado a potenciar mi razonamiento clínico, a desarrollar habilidades de observación y adaptación, y a entender mejor cómo aplicar diferentes estrategias terapéuticas según las necesidades individuales de cada persona".
Por otro lado y desde un punto de vista más profesional, afirma que que esta experiencia "ha sido una revelación: ha despertado en mí un gran interés por la fisioterapia infantil y por el tratamiento de pacientes con diversidad funcional, algo que antes no había considerado con tanta profundidad". Como consecuencia, Andrés Ballesteros ahora se plantea "la posibilidad de especializarme e este ámbito a través de un máster o formaciones complementarias que me permitan desarrollar mis conocimientos en este área.
Del papel y la implicación de la Universidad de Cádiz en este tipo de iniciativas, el estudiante sevillano cree que es "muy positiva": "Ismael García dedicó un seminario en su asignatura a la Asociación SoloSurf junto con Jesús Borrego y no he tenido la oportunidad de participar en otras iniciativas similares organizadas por la UCA, por lo que no puedo hacer una valoración más extensa, pero me parece un acierto que la Universidad apoye este tipo de propuestas".
Finalmente, Andrés Ballesteros considera que la labor que lleva a cabo SoloSurf "tiene un gran potencial para convertirse en una opción laboral real para muchos profesionales de la salud; tanto fisioterapeutas como otros especialistas pueden aportar mucho a este tipo de terapias. Yo, personalmente, aunque no sé si en el futuro seguiré vinculado específicamente a SoloSurf, tengo claro que el trabajo con niños y personas con diversidad funcional será uno de mis objetivos principales cuando llegue el momento de especializarme", concluye.